Me levanto con un cigarro medio encendido en la penumbra de la que fue nuestra habitación, me tropiezo con un cenicero lleno de colillas y dos botellas de cerveza a medio beber y me doy cuenta que de nuestra habitación esta llena de trampas y mentiras. De promesas a medio cumplir, y e miles de papeles a los que se le caen las letras por nuestra puta inconstancia.
La desgana la observo en la cama perfectamente hecha y ya no huele a sexo ni tampoco a ti. Me miro la espalda y no tengo ni un rasguño, ni una marca, ni tan si quiera un indicio de que algún día aquel gélido rincón fue nuestro, tú ya no estas, tampoco tus cosas. Y resulta que la mierda a la que nos acostumbramos acabo por destruirnos. Dejando únicamente tu jodido recuero en cada una de las esquinas de esta puta habitación.
Me mudo, que es invierno y hace frio, y ya ni las mantas me abrigan porque aun conservan tu fragancia. Y la habitación desordenada que nos dejaba sin aliento se ha convertido en un puto iglú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario