Envuelves el humo de mi cigarro con tus sonrisas. Con tus tres sonrisas; la de alegría, la de “vamos a echar un polvo” y la de “perdóname”. Y como coño no voy a perdonarte con esa mirada.
Es imposible resistirse a tu respiración ajetreada.
Como también es imposible que no me gire cuando pasas.
Que todos mis sueños hablan de ti y tus juegos.
Que en tus juegos hago trampas cuando quiero. Que en mis sueños te vas sin decir adiós y me lo tomo como un “volveremos a vernos”. Que suena el puto despertador y no tengo ganas de rutina, que seguiría contigo entre mis sabanas.
Oye, que me quedo media hora más drogándome con fantasías. Mañana lo dejo, lo prometo.
Hay madre mía, que identificada me siento.
ResponderEliminarYo me quedaría en las sabanas durante todo el tiempo que pudiera.
Precioso.
Un beso.
ahoraquenosbesamostandespacio.blogspot.com