El choque de las copas simulaba que había algo que celebrar pero en realidad no había nada que festejar, era un simple gesto de cordialidad, una vieja costumbre que teníamos. “Por nosotros”- dijimos con la boca pequeña; típica frases que utilizas cuando no sabes por qué brindar. Ese “nosotros” en este caso era mentira.
Y a veces nos mentíamos porque no queríamos darnos cuenta de la verdad. Pero ese día y en ese momento, en aquel restaurante de vino barato y velas del chino, me di cuenta de que todo lo que había alrededor me desencantaba. Pero más que ese lugar, al que nos habíamos acostumbrado a ir todos los viernes noche, el que me desencantabas eras tú. Me desencantaba la rutina y que ya no supiésemos que decirnos ni como mirarnos.
Pagamos a escote y salimos de aquel antro y me di cuenta de que al caminar hacia casa ni si quiera nos dábamos la mano. Así que torcí aquella esquina sin intención de que me vinieses a buscar y así fue. Un adiós a media noche empañado por el frio de la penumbra, lleno de miradas que no se encontraban, vacío de ganas, cargado de indiferencia, hueco de ilusión.
You can't say we never tried.
Que bonito.
ResponderEliminarUn abrazo :)
http://ahoraquenosbesamostandespacio.blogspot.com/