No conozco cosa más triste que las despedidas, bueno quizá los días lluviosos.
No conozco nada peor que las despedidas de mentira. Ya sabes a que me refiero, son esas en las que dices adiós en voz alta pero no con el corazón. Son esas en las que esperas impaciente a la reconciliación. Son las del punto y a parte.
Son esas en las que te dejas algo fuera del equipaje con la esperanza de que te lo devuelvan, son esas…
Tuvimos millones de esas pero la última fue la definitiva, al menos para mí. Sin embargo tú no juegas demasiado bien al escondite.
Me encanta esta entrada.
ResponderEliminarEs triste pero a la vez tiene algo que te hace seguir adelante. Te sigo :)
Seguiré leyendote sin duda!
Espero que puedas pasarte a ver si te gusta mi historia :)
Un beso!