Claro que creo en los fuegos que nunca se apagan pero tengo demasiada experiencia con los que lo hacen antes de tiempo. Y además de forma inesperada.
Pero lo peor no es que se apaguen antes de tiempo, lo peor es que sólo se apague una mitad y la otra siga luciendo, intentando que una pequeña chispa salte al otro lado y prenda las cenizas que puedan quedar.
Pero lo que ya es del todo inaguantable es no querer acabar con todas las llamas y, mantenerlas encendidas a base de recuerdos y esperanza.
Y es que la puta esperanza es siempre demasiado inoportuna.
Y los putos recuerdos son eso, recuerdos que no vuelven pero tampoco se van.
¿Luchar o rendirse?
Y es que no tengo fuerzas para luchar pero mi corazón no me permite dejar de creer en esto.
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