Puedo pedirte un siempre, pero prefiero el jamás de una mañana llena de ilusiones fugaces.
Puedes prometerme un siempre, pero no creo en la quietud de esa palabra.
Prométeme un siempre que evoluciona o prométeme un jamás que me prive de esperanzas atormentadas por la aplastante realidad de lo cambiante de la vida.
Lléname de siempres efímeros y nuncas inconstantes.
“Nunca digas nunca, pero nada es para siempre”
Al subir al taxi mis palabras son vapor de cristal.
Y me dejo el alma cuando escribo en la ventana "que sea cierto el jamás"
Jolín, me ha impresionado.
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