Podemos rompernos más y jugar sucio.
Creernos todas nuestras mentiras y que nuestras
incoherencias se escondan entre mis malos días y tus buenas noches. Y despertarnos
fingiendo que la resaca de tu rencor y mis caprichos no nos afecta.
Podemos reconstruirnos con sonrisas insostenibles y miradas
desmesuradas que dejan todo por decir y nada de lo que hablar. Que invalidan todo
acto de valentía que dejamos anotado en nuestra lista de cosas por hacer.
No tengo tiempo para dolernos ni para escocernos y dejarnos
la piel en cada puto orgasmo como si siempre fuese la última vez, como si se
nos agotase el tiempo.
Los semáforos en ámbar, las medias tintas, todas las cosas
que no nos dijimos empiezan a castigarnos.
Podemos construir siempres vacíos de esperanza.
Podemos prometer nuncas repletos de miedo.
Seguimos estáticos como siempre, estamos rendidos como
nunca.
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