martes, 5 de junio de 2012

Here comes the sun.


No me arrepiento de ningún momento, de ninguna de las sonrisas, pero me arrepiento de todas las lagrimas que he derramado por creer que mis anhelos no tenían solución. Y es que siempre hay una solución, a veces no es la que nos gustaría. Pero todo pasa por algo.

Asimilar que las cosas se estropean, que las cosas cambian es algo difícil, es un proceso doloroso pero no es infinito.

Darte cuenta de que no te identificas ni en lo simple ni en lo importante es algo que llega como cualquier tormenta de verano, de forma imprevisible. Y hace ruido durante un tiempo pero acaba por irse. Y tras la tormenta siempre llega la calma.
Pero no podemos alargar tormentas infinitas con treguas caracterizadas por la fragilidad de nuestras dispares formas de ver la vida.

Quizá tu lo ves negro y yo blanco, quizá tu ves las lágrimas y yo la emoción, quizá tu escuchas la letra y yo la esperanza que hay en melodía.

Quizá he aprendido a pensar en la calma que traerán todas las tormentas, porque en esta vida todo pasa.
Y si de algo estoy segura es de que no puedes permitirte vivir en la oscuridad, por que desde luego no es todo perfecto, pero no hay nada insalvable.


Pero ante todo debes salvarte a ti mismo.

4 comentarios:

  1. Para ver el arcoiris has de soportar la lluvia.
    Merece la pena apostar por algo que te garantice un mínimo de sonrisas al dia.

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    1. Merece la pena apostar por la felicidad de uno mismo e invertir en ella, eso esta claro.

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  2. Sin tormentas no hay calmas que las precedan, si todo va bien hay algo que va mal. Necesitamos crisis y estar en lo negro para poder ver lo blanco, estar en lo peor para apostar por lo mejor. Buen texto, me gusta.

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  3. Siempre he creído que toda experiencia deja algo positivo. Aunque sea aprender de todo lo negativo. Y, desde luego, lo importante es ser feliz. Eso siempre y por encima de todo.

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